En 1445 se inventó la imprenta y en 1539 se introdujo esta nueva tecnología en la Nueva España, iniciándose los primeros intentos de hojas noticiosas más parecidas a los periódicos que hoy conocemos. Los primeros esbozos de la prensa, y que tuvieron varios títulos como Relaciones, Nuevas, Noticias, Sucesos o Traslados, son los balbuceos del periodismo mexicano.
Fue Juan Pablo el primero que introdujo esta tecnología en la Nueva España e imprimió una primera hoja volante en la que anunció los terremotos ocurridos en Guatemala en 1541, el 11 y 19 de septiembre, fecha de trágicos recuerdos.
En el siglo XVII, proliferan en América, especialmente en el País de México y Lima, hojas volantes que se publicaban, casi siempre, con el pretexto de la gran llegada de alguna flota proveniente de Europa, así igual como con las noticias más notables del Virreinato. Después un siglo más tarde, se establecen periódicos continuos y con secciones diferentes, de los cuales los más antiguos de la historia del periodismo son la Gaceta de México y Noticias de España en el año 1722.
En los siglos XVIII y XIX, los líderes políticos tomaron conciencia del gran poder que podían tener las gacetas para influir en la población y proliferaron los periódicos de facciones y partidos políticos.
Hacia finales del siglo XIX, los empresarios descubrieron el potencial comercial del periodismo y surgieron las primeras publicaciones parecidas a los diarios actuales. Nuevas invenciones, como el telégrafo, facilitaron la obtención de noticias. La fotografía comenzó a usarse en la prensa diaria en 1880. Alemania fue el primer país que produjo revistas gráficas ilustradas con fotografías.
Surgieron, ya en el siglo XX, empresas dedicadas a recolección de informaciones sobre la actualidad que eran vendidas a los diarios. Estas empresas fueron conocidas como agencias periodísticas o agencias de prensa.
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